Como pasa el tiempo, otro año que se nos va, que nos
abandona para dar paso a otro nuevo.
Ahora toca echar la vista atrás y darnos cuenta de que ha
supuesto este 2015. El año comenzó sabiendo que este era mi año, el año de mis
ansiados 18, algo con lo que todos llevamos soñando mucho tiempo, tener 18
años. Este año los primeros buenos momentos me los dio la semana de mi vida, la
semana de la Kinta, la K-15. Fue una semana única, inigualable, espectacular…
creo que no existen suficientes calificativos para expresar todo lo que uno
puede sentir al ser Kinto. Así que solo puedo darles las gracias a todos mis
amigos de toda la vida, todos los nacidos en el 97 porque ha sido nuestro año,
ha sido maravilloso y todos sabéis que no habrá nadie que nos quite lo bailao’.
Pero la cosa no queda aquí, la cosa
siguió genial, llegaron las ansiadas vacaciones con la pequeña familia del
instituto, una familia que se ha formado durante estos 6 años de mi vida, nos
fuimos de crucero todos juntos y creo que sobran las palabras para decir que lo
pasamos genial, en grande. La parte mala de esto era que me tocaba decir adiós
a estar en clase con gente tan maravillosa, gente que me llevo para toda la
vida, gente que no podré olvidar nunca y por supuesto millones de momentos
junto a ellos. Creo que no existen suficientes líneas para escribir todos los
momentos, solo puedo decirles gracias a todas esas personas que han hecho que
mi paso por el instituto sea inolvidable. Llego el verano de mi vida, el verano
de mis 18, un verano tan esperado que ha superado las expectativas. No habrá quien
me quite a mí las fiestas vividas, las fiestas de otros pueblos, moverme a
diferentes pueblos de alrededor y pasármelo en grande con la mejor compañía que
se podía tener.
Pero el verano acabó, tocaba cambiar de aires, la capital me
esperaba, Madrid me esperaba y yo estaba deseando llegar a ella. Todo comenzaba
con nuevas caras, nueva gente aparecía en mi vida como mis compañeros de piso,
me fui a la aventura. A convivir con gente extraña que no conocía de nada, pero
me alegro porque gracias a esa decisión puedo decir que tengo a los mejores
compañeros de piso que se puede tener y desde aquí les doy las gracias por todo
lo vivido en Tembleque estos meses. La cosa sigue, empezaba mi vida universitaria,
nuevos compañeros de carrera aparecían en mi vida y al igual puedo decir que,
aunque la carrera no valla todo lo perfecto que a mí me gustaría sí que puedo
decir que tengo a compañeros únicos y que las risas que nos hemos echado ahí se
quedan para nosotros ‘copiassssssssss’ jajajaja.
Toda esta parte es buena, pero también ha tenido malos
momentos, como la perdida de seres indispensables en mi vida, familiares que
desearía tener para toda la vida, que desearía que fuesen eternos, pero eso es
imposible y sé a ciencia cierta que desde el cielo me ven y me protegen día a
día. También he tenido muchos momentos de bajones, de subidas y bajadas, de
altos en el camino pero que con fuerza he conseguido superar o por lo menos lo
he intentado con todas mis fuerzas.
Por todo lo vivido solo me queda decir que gracias a todas
las personas que han hecho de este 2015 un año increíble. Solamente espero del
2016 que sea igual o mejor que este pasado y seguro puedo decir que será mejor
porque me quedan muchas cosas que vivir todavía.
Como siempre digo ‘Las cosas pasan por algo’ y espero que en
este 2016 que viene me pasen multitud de cosas. FELIZ AÑO NUEVO, FELIZ 2016.


