miércoles, 30 de diciembre de 2015

2015



Como pasa el tiempo, otro año que se nos va, que nos abandona para dar paso a otro nuevo.

Ahora toca echar la vista atrás y darnos cuenta de que ha supuesto este 2015. El año comenzó sabiendo que este era mi año, el año de mis ansiados 18, algo con lo que todos llevamos soñando mucho tiempo, tener 18 años. Este año los primeros buenos momentos me los dio la semana de mi vida, la semana de la Kinta, la K-15. Fue una semana única, inigualable, espectacular… creo que no existen suficientes calificativos para expresar todo lo que uno puede sentir al ser Kinto. Así que solo puedo darles las gracias a todos mis amigos de toda la vida, todos los nacidos en el 97 porque ha sido nuestro año, ha sido maravilloso y todos sabéis que no habrá nadie que nos quite lo bailao’.  Pero la cosa no queda aquí, la cosa siguió genial, llegaron las ansiadas vacaciones con la pequeña familia del instituto, una familia que se ha formado durante estos 6 años de mi vida, nos fuimos de crucero todos juntos y creo que sobran las palabras para decir que lo pasamos genial, en grande. La parte mala de esto era que me tocaba decir adiós a estar en clase con gente tan maravillosa, gente que me llevo para toda la vida, gente que no podré olvidar nunca y por supuesto millones de momentos junto a ellos. Creo que no existen suficientes líneas para escribir todos los momentos, solo puedo decirles gracias a todas esas personas que han hecho que mi paso por el instituto sea inolvidable. Llego el verano de mi vida, el verano de mis 18, un verano tan esperado que ha superado las expectativas. No habrá quien me quite a mí las fiestas vividas, las fiestas de otros pueblos, moverme a diferentes pueblos de alrededor y pasármelo en grande con la mejor compañía que se podía tener.

Pero el verano acabó, tocaba cambiar de aires, la capital me esperaba, Madrid me esperaba y yo estaba deseando llegar a ella. Todo comenzaba con nuevas caras, nueva gente aparecía en mi vida como mis compañeros de piso, me fui a la aventura. A convivir con gente extraña que no conocía de nada, pero me alegro porque gracias a esa decisión puedo decir que tengo a los mejores compañeros de piso que se puede tener y desde aquí les doy las gracias por todo lo vivido en Tembleque estos meses. La cosa sigue, empezaba mi vida universitaria, nuevos compañeros de carrera aparecían en mi vida y al igual puedo decir que, aunque la carrera no valla todo lo perfecto que a mí me gustaría sí que puedo decir que tengo a compañeros únicos y que las risas que nos hemos echado ahí se quedan para nosotros ‘copiassssssssss’ jajajaja.

Toda esta parte es buena, pero también ha tenido malos momentos, como la perdida de seres indispensables en mi vida, familiares que desearía tener para toda la vida, que desearía que fuesen eternos, pero eso es imposible y sé a ciencia cierta que desde el cielo me ven y me protegen día a día. También he tenido muchos momentos de bajones, de subidas y bajadas, de altos en el camino pero que con fuerza he conseguido superar o por lo menos lo he intentado con todas mis fuerzas.

Por todo lo vivido solo me queda decir que gracias a todas las personas que han hecho de este 2015 un año increíble. Solamente espero del 2016 que sea igual o mejor que este pasado y seguro puedo decir que será mejor porque me quedan muchas cosas que vivir todavía.

Como siempre digo ‘Las cosas pasan por algo’ y espero que en este 2016 que viene me pasen multitud de cosas. FELIZ AÑO NUEVO, FELIZ 2016.

domingo, 20 de diciembre de 2015

Amores de metro




Quien no ha escuchado hablar sobre los amores a primera vista, amores fugaces, intensos, alocados… Hablemos de amores de metro.

Muchas son las personas que utilizan el metro a diario, existe una gran cantidad de personas que moran sus vagones, sus estaciones…

Pues bien, quien no ha encontrado alguna vez a una persona a la que ve y dice: ‘Ese es el amor de mi vida, creo que me he enamorado’ A todos seguramente nos haya pasado alguna vez lo de ver a una persona y pensarlo. Pero esto afecta a todas las edades.  Sin ir más lejos a los niños de tres años…

Hoy precisamente cuando volvía a casa en el metro he tenido la suerte de presenciar un amor fugaz de 5 estaciones entre dos niños de tres años. Todo empezó como algo típico, los niños estaban sentados juntos, pero les separaba un simple apoyabrazos, la niña estaba sujeta a él con una mano y el niño disimuladamente le toco la mano con la excusa de agarrarse también a ese mismo reposabrazos. Parecía que todo se había quedado ahí, cuando de repente el niño le dice su nombre y le pregunta por el suyo a la niña poniéndole una sonrisa entrecortada y vergonzosa a la vez. Mientras mi mente pensaba ‘Que bonito todo, que monos son’. La conversación continua con un ‘Cuantos añitos tienes´, tímida la niña intentaba poner tres dedos para indicarle que tenía tres años y el chico le dice yo también tengo tres, mostrándole su mano. Estaba ante una situación, súper bonita. Todo parecía un ligoteo igual que el de dos adolescentes, pero si fuesen adolescentes se hubieran preguntado por ‘Donde vives’ y en su lugar el niño le pregunto a la niña ‘En que cole estudias’. Realmente adorable todo. Pero llego el final de su historia, tocaba la hora de abandonar el vagón del metro, casualmente se bajaron en la misma estación y cuando parecía que todo el romance había acabado el niño le mandó un beso a la niña y le hizo adiós con la mano. Es una historia muy corta, que quizás no les interese a muchas personas, pero me apetecía relatarla, me parecía súper bonito cuando presencié toda la historia y quizás quien sabe si cuando sean mayores acaben juntos, se conozcan o que…. Nadie sabe lo que puede pasar, lo importante de esta historia es volvernos a quedar con que el amor no entiende de edades. Que todo el mundo sepa que la edad solo es un triste número, que, si existe el amor de verdad, lucharas por él.

jueves, 17 de diciembre de 2015

Por mí.



Hoy echo la vista atrás,
miro hacia el pasado
Y no sé dónde estas
¿Me has olvidado?

¿Dónde se quedaron las ganas?
prometimos que irían a mas.
Nunca que desaparecerían
y no volverían

Busco en mi interior
tengo motivos para odiarte.
Te lo digo claro amor
solo puedo amarte.

Sin embargo tú…

Amaras a otros,
morirás por mí.
Besarás a otros,
pensando en mí.


miércoles, 9 de diciembre de 2015

Si me dices que vienes, vuelvo a esa pagina y te espero toda la vida.



No tengo palabras, tengo un nudo en la garganta que me impide hablar, que me impide alzar la voz, que me impide decir lo que siento en cada momento.

Una vez más existe esa lucha entre la razón y el corazón. Seamos sensatos, quizás es hora de escuchar a la razón y dejar de lado el corazón, porque los hechos son los hechos, nada se puede hacer ya tras todas las historias vividas, todos los momentos. En algún momento el cuerpo ha confesado que se siente agotado, se siente agotado de levantarse todas las mañanas mirando hacia el lado y no ver a nadie, de irse a dormir y no tener a quien darle las buenas noches de una forma especial. El cuerpo está sin fuerzas para seguir hacia delante porque tampoco tiene a nadie que le abrace fuerte por la espalda, le dé un beso en el cuello y le diga: ‘Tranquilo, estoy aquí’.

Las flaquezas se apoderan de todo, no dejan seguir hacia delante, no nos dejan seguir nuestro camino, solamente por aferrarnos a una verdad que solo existe en nosotros, una verdad que solo se alimenta de nuestro corazón y que está muy alejada de la verdadera realidad. Tanto es que la fuerza nos consume y esto no puede seguir así. Creo que es hora de poner un punto y seguido y pasar página, dejar atrás todo, porque como siempre digo, las cosas siempre pasan por algo y cuando se cierra la puerta se abre una ventana. Como bien digo es solo un punto y seguido porque estoy seguro que en el final del libro vuelves a estar tú, porque creo en el hilo rojo del destino que enlaza a dos personas desde el momento en el que nacen, pero sin saber cuándo están destinados a estar unidos para siempre. Te deseo corazón que te valla bien la vida, pero recuerda, yo sigo aquí, esperándote, porque si me dices que vienes, te espero toda la vida si hace falta, porque te has convertido en mi prioridad, te has convertido en todo lo que necesito para ser feliz, no lo olvides, recuérdalo. Te quiero.